Él es Guillermo Álvarez. Tiene 22 años, los dos patitos -o como a él le gusta decir los dos monitos-, y no hace mucho tiempo que ha presentado la nueva versión de su portal personal. En esa web nos cuenta un poco su vida. Hoy nos hablará él personalmente acerca de su día a día. Empecemos.

Tan joven y ya llevas con la informática desde hace más de diez años haciendo un montón de cosas. Cuéntanos cómo decidiste aventurarte en el mundo de las nuevas tecnologías.

Bueno, en realidad yo me considero informático y músico. La verdad es que con la música llevo desde hace algo más de tiempo, por lo tanto, debería estar haciendo entrevistas sobre eso. Pero la realidad es que a nivel musical tampoco soy ninguna estrella porque es muy duro y requiere mucha dedicación para labrarse un futuro incierto.

Por lo tanto, en igualdad de condiciones, tiro más por el tema de la informática, aunque en mi día a día -o semana a semana- ejecuto ambas dosis. Al fin y al cabo, considero que tienen mucho en común.

Respondiendo a tu pregunta [si me enrollo me cortas]… A la informática llegué en el año 1997 muy pez. En cierta medida envidio a todos aquellos que por esa fecha ya se habían dado miles de cabezazos con la informática salvaje de los años 90: el boom de Internet (por línea telefónica) o el nacimiento de Linux y cosas así.

Pero en el ’97, con nueve años , ¿a qué te dedicabas?

Pues a jugar a los Lemmings. ¿Qué iba a hacer?

Como dije antes, la gente «como yo ahora» de aquella época se dedicaba a unas cosas que yo no pude vivir, al menos no en primera persona. La verdad es que de aquella, era el padre de un amigo de mi hermano el que hacía de helpdesk. Pío nos instaló en casa el sistema operativo revolucionario Windows 3.5 con entorno de ventanas, aunque no tardó en traernos el increíble Windows 95 poco después.

¡Además venía en CD! Creo que ese fue el primer disco que entró en la unidad óptica de aquel Pentium 166Mhz.

Un mundo fantástico se abrió ante los ojos de un niño de tan sólo diez años. Venía del MS-DOS, de la instalación con disquetes… y de repente, me encuentro con un escritorio virtual, con ventanas, botones y colores. ¿Cómo no me iba a enganchar?

Claro que sí. Digamos que te marcó mucho la infancia y simplemente lo has continuado durante la adolescencia hasta llegar al día de hoy.

Exacto. Pero eso sólo fue el comienzo. Luego vendría el Age of Empires o el Flight Simulator 98 o el MS Plus! para niños… Podría ponerte una buena lista de vídeo-juegos o programas que recuerdo de aquella etapa de mi vida.

Etapa que, supongo, me dura hasta el año 2000. En ese año, y como premio por finalizar mis estudios de educación primaria, me regalan un AMD 1000Mhz. Fue una auténtica revolución. Con él ya funcionaban de manera muy fluida muchos de los juegos que yo tenía. El otro ordenador pasó a ser un especimen de laboratorio que destripaba, formateaba, reconfiguraba, etc. semana tras semana. «¿Cuántas veces instalaría el Windows 98 en mi vida?»

Pero en realidad considero que el cambio llegó con la aparición de la red de redes; aunque por aquellos tiempos ya tenía una LAN en casa por la que compartía archivos o echaba partidas contra mi hermano al Half-Life entre los dos ordenadores, la entrada de Internet en mi casa supuso una nueva ventana que me llenaría de más y más pájaros la cabeza.

Te pusiste a programar.

No, no, no. Permíteme volver unos años atrás.

Aunque es cierto que empecé a programar con el WinLogo un parchís o cosas de ese estilo por aquella época, yo ya había  «programado» anteriormente. Por ejemplo, recuerdo que hice un diccionario: lo escaneé con software OCR y programé para que, entre otras cosas, se pudieran buscar palabras que terminen por ciertas letras utilizando expresiones regulares… claro que ¡por entonces no sabía que a eso se le llamaban expresiones regulares!

Pero si recuerdas lo que comentaba al principio: en realidad compuse música antes de programar cosas.

Y es que eso, y que siempre he ido por delante de mis propios conocimientos, creo que es la esencia de mis trabajos. Aunque realmente no sé si he ido por delante en mis propios conocimientos, o por detrás en la carrera de la innovación.

Reinventar o revolucionar, ¿no?

Así es. He ahí la cuestión.

Pero creo que eso pasa en todas las facetas de la vida: lo de que las modas siempre vuelven, los ciclos económicos, o poniéndonos más tecnológicos, el cloud computing. Yo la verdad no sabría qué pensar… por una parte puedes pensar que es repetir otra vez «lo que hacían nuestros abuelos» pero dándole una vuelta de turca, innovando.

Quizás con eso poco ya basta para revolucionar. Pero eso simplemente es una cota inferior: uno puede necesitar desarrollar muchas cosas que antes no existían para crear algo nuevo… o juntar cosas que hasta entonces siempre habían estado separadas para conseguir algo que nunca antes se había visto.

Que conste que me parece interesante, pero ¡qué facilidad tienes para irte por las ramas! Intentemos hablar de ti, no de la vida en general.

[suspira]

Decía hace diez minutos que, entonces, con la entrada de Internet en tu casa, te pusiste a programar. Salvando lo que ya comentaste (cómo fueron tus primeros pasitos) ¿qué empezaste a desarrollar?

En un principio aprendí un poco de html, servidores ftp y cómo iba eso de Internet: miarroba, iespana y algún que otro servicio más. La informática -para mí- todavía estaba algo verde, y los problemas que los programadores de páginas webs tenían por aquel entonces (como la guerra de los navegadores y «estándares») no me atrajo mucho. Preferí mantenerme como desarrollador de escritorio con VisualBasic.

¡Pero entonces fue cuando encontré el Flash! Me lo presentó un amigo como una forma de programar casi cualquier cosa, sencillo y rápido. En realidad me presentó toda la suite de Macromedia. Yo me quedé con el Macromedia Dreamweaver MX y el Macromedia Flash 5.

La verdad es que pensándolo detenidamente, el uso prematuro que hice del Flash me permitió conseguir tres cosas que considero muy importantes:

  • La primera, que no sabía nada de programación orientada a objetos y con flash y su excelente ayuda, soporte y comunidad, pude aprender por demanda aquellas cosas que fui necesitando.
  • La segunda, acceder al desarrollo de soluciones para la web y con ello topándome de lleno con php, bases de datos online, concurrencia de usuarios, servidores web…
  • La tercera, conocer gente (sobre todo diseñadores) que utilizaban la herramienta de forma complementaria, aprendiendo -aunque sea sólo un poco- de diseño y esas cosas.

Y entonces aparece el Grupo y posteriormente el Proyecto eWa. ¿Podrías resumir muy brevemente cómo fuiste dando los pasos hasta llegar a lo que hay hoy.

Sí. En realidad todo lo que he ido realizando en mi vida está documentado en lo que llamo «Base de Conocimiento«, que actualmente está en la web del Proyecto eWa. Ambas entidades tienen su historia disponible en la red, con grandes hitos y también algunos errores de los que yo he aprendido muchas cosas.

La idea del Grupo nace a raíz de querer aglutinar todo lo que yo mismo desarrollaba alrededor de un pilar básico o una idea común. Porque si tengo que decir algo de lo que se caracterizan mis cosas, creo que la más acertada sería su heterogeneidad. Que si un Sistema Operativo por ahí, que si una Red Social por allá… los pájaros en la cabeza, al fin y al cabo.

Y entonces, como una cosa lleva a la otra y necesitaba una marca más potente, el Proyecto eWa -que nace como prótesis del Grupo– entra en escena barriendo con casi todo, salvo conmigo. Por lo tanto, tampoco pienso que lo que pasó fuese algo del tipo «borrón y cuenta nueva», ya que muchas de las cosas que se desarrollaron en el Grupo (a nivel práctico o cognitivo) siguen presentes en el Proyecto eWa.

Y para ir terminando, ¿qué planes de futuro tienes tú personalmente?

Pues ahora mismo me gustaría ir cerrando alguno de los múltiples frentes que tengo abiertos y poder dedicarme un poco más en profundidad a aspectos realmente revolucionarios del Proyecto eWa.

Digamos que, en la actualidad, estoy terminando de desarrollar de forma unificada «la informática de base«, casi tal y como se conoce. Pues bien, el siguiente paso es justamente dar el paso. Y es lo que quiero hacer ya.

Tengo muchas ganas de saber si he perdido el tiempo con algo insostenible o si realmente esto que hago tiene sentido y, por lo tanto, me puedo dedicar a ello profesionalmente. En cualquier caso, sea un acierto o sea un error, lo que he aprendido nadie me lo quitará ya.

Pues lo que parecía sobre la mesa una pequeña reseña sobre tu página web se ha convertido en una emocionante historia sobre cómo un asturiano normal se encuentra con la informática y sabe hacer de un hobby un sueño.

Muchas gracias por esta oportunidad y sabes dónde encontrarme. ¡Hasta pronto!

Espero que a los lectores de este sitio les parezca interesante; aunque sea un poco extensa, creo que merece la pena conocer esta aventura.